La salud mental es un factor clave en la retención de empleados y la productividad general. Afortunadamente, hay varias formas en que los empleadores pueden ayudar a sus empleados a mejorar su bienestar y reducir el impacto de la mala salud mental.
En primer lugar, los empleadores deben comprender la importancia de apoyar el bienestar mental de los empleados. Al hacerlo, pueden aumentar las tasas de productividad y retención del personal al tiempo que reducen los costos operativos.
Las estrategias de salud mental en el lugar de trabajo deberían comenzar desde la cima, con los líderes que juegan un papel vital en defender esto. Esto significa garantizar que los equipos de gestión tengan las herramientas adecuadas para apoyar a su personal y crear una cultura que priorice el bienestar, desde los programas de participación y bienestar de los empleados hasta políticas de tolerancia cero sobre el acoso y la discriminación.
Los líderes y gerentes también deben recibir capacitación para identificar a aquellos que luchan con su salud mental y les ofrecen un apoyo apropiado y oportuno. Esto puede incluir asesoramiento, grupos de apoyo y una variedad de otras opciones de soporte para ayudar a los empleados a hacer frente a sus problemas.
Las empresas que se centran en apoyar el bienestar mental de los empleados también tienen más probabilidades de lograr mejores resultados en términos de satisfacción e ingresos del cliente. Además, la retención de empleados se mejora y las tasas de rotación del personal se reducen, lo que ahorra dinero a los empleadores en costos de reclutamiento y capacitación, así como ausencia de los empleados.
La creación de una estrategia efectiva de salud mental en el lugar de trabajo requiere un compromiso y la aceptación de todos los interesados. Esto solo se puede lograr si los equipos de liderazgo tienen claro las razones detrás de este enfoque y son participantes activos en la creación de una cultura de la empresa que lo respalde.
Las empresas que tienen un fuerte énfasis en la salud mental en el lugar de trabajo tienen un impacto positivo en el bienestar de los empleados, que se pueden ver en menos días de enfermedad, mayor productividad y un mayor nivel de participación de los empleados. Estos beneficios son particularmente ciertos cuando las empresas tienen una cultura laboral de apoyo e inclusiva, donde los empleados se sienten seguros para plantear problemas con su gerente o si reciben una gama de capacitación en la concientización sobre la salud mental que generan empatía y confianza en su equipo.
Como parte de este enfoque, las empresas deben llevar a cabo una auditoría de salud mental y establecer un plan de acción de mejora. Este es un proceso que implica revisar el estado actual de la salud mental de los empleados, realizar entrevistas con personal clave e identificar áreas específicas donde se pueden realizar mejoras.
También es importante recopilar comentarios de los trabajadores en todos los niveles para identificar qué funciona mejor para ellos. Esto proporcionará una visión valiosa sobre qué áreas se pueden abordar aún más y si su enfoque actual está funcionando o si necesita hacer cambios.
Además, los empleadores deben establecer puntos de registro regulares para monitorear el progreso con objetivos e indicadores clave de rendimiento. Esto se puede hacer semanalmente, quincenal o mensualmente.
La salud mental tiene un impacto directo en el rendimiento general de una empresa y la forma en que maneja el estrés, las relaciones interpersonales y la toma de decisiones. Por lo tanto, es esencial que los empleadores puedan medir y comprender el impacto de cualquier iniciativa de salud mental en el lugar de trabajo en el negocio.