Un vehículo funciona con un motor. Cuando el gas dentro del motor se combina, genera una fuerza que hace que el pistón se mueva hacia arriba y hacia abajo para empujar las barras y girar el eje de transmisión. Es un sistema bastante simple, pero tiene algunas complicaciones que pueden hacer que tu automóvil de repente deje de funcionar cuando no debería.
Un problema común es cuando sus pistones ya no se conectan al cigüeñal. En general, este es un problema mecánico que solo viene con el tiempo y el desgaste, pero también puede ocurrir debido a un mal mantenimiento o exceso de revisión de tu motor con demasiada frecuencia.
El humo generalmente no se considera una buena señal. Sin embargo, en la situación correcta, puede ser un indicador importante de que algo está mal con su vehículo y necesita atención inmediata.
El color y el olor del humo pueden ser muy reveladores cuando se trata de lo que está sucediendo dentro de su automóvil. Siempre es una buena idea detenerse y echar un vistazo al motor, el nivel de aceite y las luces de advertencia para tener una mejor idea de lo que está sucediendo.
La mayor fuente de humo es el motor, particularmente los cilindros y el colector de escape. Si tiene un inyector de combustible con fugas, un regulador de presión de combustible defectuoso o un sensor de motor fallido o un componente de encendido, su motor quemará mucho combustible sin quemar crudo, lo que puede ser un gran problema si no se controla.
Puede notar una pequeña cantidad de humo blanco cuando comienza su vehículo en un día frío, o cuando el vapor se eleva debajo del capó durante el clima lluvioso. Esto se debe a que el gas de escape caliente se encuentra con aire frío desde el exterior y crea un poco de condensación.